martes, 27 de noviembre de 2012

ORGANIZAR EL TIEMPO DEL EMPRESARIO.

El tiempo es , en realidad, lo único que tiene el empresario. Cuando uno es joven piensa que hay tiempo para todo, más tarde cae en la cuenta de que es un bien escaso.


Es erróneo emprender tareas sencillas, si su utilidad no es clara. La causa es el deseo de percibir la satisfacción que producen los resultados, aunque no sean relevantes para la empresa.Lo importante no es hacer las cosas adecuadamente, sino realizar las adecuadas de la manera oportuna. Y eso incluye hacerlas en el momento preciso.
Hay que aprender a esperar y también saber ir deprisa. Lo más difícil es acertar sobre las circunstancias en las que cambiar de velocidad.
Si se va deprisa, pero no se tiene claro hacia dónde, se llegará enseguida a...ningún sitio. Hay gente que parece que van a derrapar en la primera curva. Lo hagan o no, al carecer de orientación precisa, cuanto más acelerados vayan, peor.
En la empresa se corre el riesgo de que sobre el propio tiempo decidan otros. No sólo los superiores, sino también los subordinados, o los clientes, o los proveedores, o los inspectores de hacienda, o los auditores.
El empresario ha de tener voluntad para imponer los ritmos. No se puede hacer todo a la vez: Hay que establecer un orden en nuestro trabajo.
Hay que proponer objetivos a los subordinados y a los colaboradores, con plazos determinados. Los temas no han de ser abordados en el orden en el que aparecen encima de nuestro escritorio.
Se presentan ante el emprendedor cuatro tipos de cuestiones:

  • Importantes y urgentes
  • No importantes y urgentes
  • Ni importantes ni urgentes
  • Importantes pero no urgentes.
Los más desastres como empresarios se entretienen en resolver cosas que no son ni importantes ni urgentes.
Es objetivo de los mandos intermedios resolver las cosas que no son importantes pero sí urgentes. Nunca debe llegar a la mesa de la alta dirección de la empresa.
Si alguien se empeña en abarcar cuestiones que no le competen o para las que no tiene preparación o datos suficientes, caerá en la hiperactividad o en el cinismo y no es así como se ofrecen la mejores soluciones.
No tiene ningún sentido ir aplazando las decisiones importantes hasta el último momento, cuanto antes se resuelvan, antes mejorará el funcionamiento de nuestra empresa.


Tenemos que planificar el año, el semestre,el trimestre, el mes, la semana y el día. Y cada jornada, la mañana y la tarde. Y dentro de éstas, cada una de las horas. Esto no implica caer en el germanismo. Habrá que tener la suficiente flexibilidad para cambiar un plan, pero programas hay que tenerlos.
De otra manera, el empresario o el ejecutivo, quien realmente pueda llamarse así, se convierten en veletas de la última llamada, del msn de ultima hora o del email perdido..gente sin fondo que piensa que dirige cuando en realidad no se gobierna ni a si mismo.
Tomar las decisiones más relevantes para la organización, dependerán muchas veces de los datos básicos de nuestra empresa. Es de mal empresario cuanto todo sale mal o falla, a los subordinados.
La organización y la planificación de cada día puede realizarse por la noche o nada mas arrancar la mañana. No hacerlo supondrá ocuparse en temas que deberían ser decididos por otros. La consecuencia inminente sera la detención del trabajo y se daña la labor de subordinados o colaboradores.
La memoria, a no ser que sea digital, es mala consejera. Hay que apuntar todo en la agenda, ya sea escrita o  digital, pero siempre que no nos falte ningún compromiso que tengamos que cumplir.
La tardanza a la hora de llegar a una reunión es un modo lamentable de mostrar superioridad. Afirmaba Aristoteles:" El olvido parece ser muestra de poca estima, ya que procede del descuido, y la falta de cuidado es cierta falta de aprecio". Esa carencia de aprecio es devuelta al emprendedor en forma de desilusión.
Las actividades fuera del negocio,como llamar amigos, leer el periódico o abrir el correo, hay que encauzarlas.


Una batalla principal en la organización del tiempo es el control de lo que los clásicos vinieron a denominar " la loca de la casa". La imaginación lleva a desatender las propias obligaciones, los temas pendientes, y demás obligaciones.
Es bueno contar con alguna actividad de reserva para los momentos en que es previsible que se produzcan pérdidas de tiempo. Cuando se va a visitar a proveedores, clientes, etc., no esta de más llevar siempre presente nuestra agenda,para estudiarla con mas tranquilidad, en periodos de salas de espera.
Triste cosa es matarse a lo largo de la semana para después matar el tiempo. Afirmaba Diógenes :" Tres cosas hay que ofrecen singular dificultad. A saber: guardar un secreto, sobrellevar el ultraje de una injusticia y hacer buen empleo del tiempo de que disponemos para el ocio."
En la gestión del tiempo no sólo hay que pensar en el propio, sino en el de los demás. Antes de convocar una reunión hay que considerar cuidadosamente si compensa.
No es tan importante la cantidad de tiempo dedicado al trabajo como que los resultados se consigan. En ciertas actividades subordinadas será preciso empeñarse en el control, pero en las más creativas someter a inspección a las personas tiene un efecto perverso.










Bibliografia. 1010 consejos para emprendedores
Javier Fernandez Aguado
Editorial LID

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